Generalmente, una endodoncia convencional es suficiente para salvar la pieza dental cuya pulpa fue afectada. Ocasionalmente, este procedimiento no-quirúrgico no basta para generar sanado al diente por lo que el Endodoncista recomendará cirugía. Durante el acto quirúrgico se logra localizar fractura, conductos no localizados que no aparecen en las radiografías y/o tomografías pero que aun manifiestan dolor en la pieza. Además puede tratarse la superficie radicular y el hueso periférico. La cirugía mas común es la apicectomía o la amputación del ápice radicular.

Es una acto quirúrgico en donde se realiza una incision en la encía para exponer el hueso y el tejido inflamado/infectado que rodea a la pieza. El tejido dañado se remueve junto con los últimos milímetros de la raíz dental y se sella el nuevo final de la raíz para evitar recidiva infecciosa, se acaba suturando la encía. En un lapso de unos meses el hueso crece espontáneamente alrededor de la pieza y se logra devolver la función normal a la pieza.

Después del procedimiento, se espera algunas molestias y leve inflamación mientras la herida sana. Esto es normal después de cualquier procedimiento quirúrgico. El paciente se le receta medicamentos para el manejo del dolor y la inflamación.