Estas piezas dentales manifiestan distintos tipos de síntomas que incluyen dolor al morder, sensibilidad a los cambios de temperatura, dolor al liberar la presión, entre otros. Es frecuente que el dolor aparezca y desaparezca, lo que lo hace mas difícil su diagnostico definitivo.
Las fuerzas de masticación puede causar movimientos leves de las partes figuradas y así provocan irritación pulpar. Al mismo tiempo, cuando la fuerza de masticación se libera la fisura se cierra y puede crear dolor agudo. Eventualmente, la pulpa llega a dañarse y el dolor llega a ser constante, incluso cuando no se está en función. Es posible que las fisuras puedan llevar a la infección de la pulpa dental, lo que dañará el hueso y la encía que rodean al diente afectado.
Cuando una cúspide se debilita puede resultar en fractura. Esa fractura puede caer durante la masticación o puede que el odontólogo sea quien la remueva. Difícilmente esto llega a dañar la pulpa, por lo que la endodoncia no es necesaria. Por lo que una corona sera suficiente para resolver la situación, pero la profundidad de la fractura va a ser quien defina la necesidad del tratamiento de endodoncia.
Este tipo de fracturas van desde la superficie de masticación hacia la raíz en forma vertical. En algunos casos, dicha fractura puede extenderse más allá de la línea de la encía, incluso puede llegar a toda la extension de la raíz. El daño a la pulpa es muy frecuente y por lo tanto se requiere el tratamiento de endodoncia. Si la pieza no se trata los síntomas empeorarán, resultando en la perdida de la pieza. Por ello, la detección temprana es tan importante.
Una pieza con fractura desplazada usualmente es el resultado de una fractura dental que no se trató. Este tipo de dientes nunca se podrá salvar íntegramente. Aun así la posición de la fractura será la que decida si alguna porción de la pieza puede salvarse. A veces puede removerse una parte de las desplazadas y mantener la otra.
Una fractura de este tipo empieza en la raíz y se extiende hacia la superficie de masticación. Desafortunadamente, presentan pocos síntomas y pueden pasar desapercibidos. El tratamiento requiere cirugía, si es que alguna parte de la pieza puede salvarse removiendo la raíz fracturada. De otra manera la pieza deberá extraerse y tratarse el hueso dañado.