Es uno de los procedimientos dentales mas comúnmente realizados, alrededor de 14 millones al año. Este simple tratamiento puede salvar piezas naturales y prevenir la necesidad de implantes o puentes fijos.
En el centro de cada diente se encuentra la pulpa dental. La pulpa es un tejido especializado que formó el diente. El daño de la pulpa puede darse como producto de traumatismos, caries profunda, fracturas o fisuras, o por procedimientos dentales invasivos. Hay síntomas que pueden identificarse como daños visibles, inflamaciones, sensibilidad a los cambios de temperatura o dolor en las piezas o encías.